martes, 14 de septiembre de 2010

La Liturgia: Creer, vivir, celebrar

Estoy pronta a culminar un Curso Elemental de Liturgia como parte de la formación en que me he visto envuelta. Siempre me ha llamado la atención los rituales en nuestra Iglesia, y conocía algo del por qué de esos rituales. En este curso he conocido a Jesús Supremo y Eterno Sacerdote.Ha sido uno de los temas que mas me ha llamado la atención. He podido entender la entrega que hago a través de los signos y símbolos que posee el Culto de la Iglesia. He descubierto nuevamente  mi sacerdocio  bautismal. Entiendo y admiro la solemnidad con la que comunidades religiosas manejan la Liturgia y siento un inmenso dolor en aquellos lugares donde la solemnidad y decoro está ausente. Admiro la sencillez y belleza con la que los hermanos benedictinos de Güigüe arreglan el altar y manejan  los ornamentos.
 Me molesta el arreglo floral frente al altar de algunas iglesias que me impide seguir los pasos del sacerdote, el mismo Jesucristo, en el Altar al ofrecerse a Dios Padre.Entiendo perfectamente el por qué de al acercarse a realizar una Lectura en la Eucaristía debes estar preparado, no puede ser improvisado, la Palabra debe haber penetrado en ti para que tu puedas ser instrumento del Espíritu en ese momento.Nos preguntaban en el curso ¿cuántos de ustedes realizan la Lectio Divina de las lecturas dominicales antes de acercarse al ambón?
Cuanta improvisación, cuanta ignorancia y cuanta falta de formación en el Cuerpo Místico de Cristo.¿Qué hacer? Enseñar, formar, compartir,¿ para esto será la Misión Continental ?o es algo que deberíamos haber hecho siempre?
Para concluir: "La liturgia debe educar y llevar al cristiano a una experiencia viva, para que haga de toda su vida una ofrenda y sacrificio agradable a Dios." Rom, 12,1-2
"La Liturgia, como encuentro con Cristo resucitado, debe llevar a la conversión, motivar a dar pasos vitales de cambio.La liturgia no puede limitarse al aspecto ceremonial y mistérico: debe llegar al corazón del pueblo. Si el pueblo no es puesto en contacto con el kerigma y su fe no es profundizada por la catequesis, difícilmente vivirá la liturgia y no llegará a captarse su significado." (Tomado de La celebración de los misterios de la fe del CPV)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece un buen enfoque: Adornos decentes, pero no demasiados. En el centro de atención está Cristo; el Cristo que nos sale al encuentro, y nosotros que nos encaminamos para encontrarnos con Él. Por eso, cualquier iglesia, por más pobre que sea, puede ser arreglada de manera digna. Por otra parte, los adornos y las flores no deben tapar lo principal: la presencia de Cristo. Lo importante es la relación personal con Él.

Señor, te creo.

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