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No recuerdo muy bien cuando lo comencé a leer, pero no había
pasado más de tres páginas cuando me detuve asombrada de lo que leía, el Señor
se dirigía a mí de una manera tan directa que parecía que tuviéramos una
conversación en vivo y en directo. No podía creer lo que sucedía y comenzaba a leer nuevamente desde
la primera página y a tratar de asimilar todo lo que brotaba en mi mente
y en mi corazón.
Era la historia de mi vida… bueno en realidad la situación por la que muchas familias de
venezolanos estábamos pasando. El éxodo… la diáspora de cientos de personas que
dejábamos nuestras seguridades, amigos, familiares, profesiones, saliendo de nuestras áreas de confort para ir a tierras
extrañas. Aunque en un principio nuestra salida del país fue por razones laborales, dos años después teníamos que tomar la decisión de regresar a la Patria o no.
El libro en cuestión lleva por título “Las oraciones y
bendiciones más hermosas del Pentateuco” del Pbro. Alfredo Fermín. Comienza con la primera bendición:
Y dijo el Señor a Abram:
“Vete de tu tierra,
y de tu patria,
y de la casa de tu padre
hacia la tierra que te haré ver.
Haré de ti una nación grande
y te bendeciré
y haré grande tu nombre
y serás una bendición.
Y bendeciré a los que te bendigan,
y a los que te maldigan maldeciré;
y serán benditas en ti todas las tribus de la tierra.”
Gn 12,1-3
¡Qué les parece, acaso no está dirigida a muchos de nosotros, venezolanos expatriados!
¡Qué les parece, acaso no está dirigida a muchos de nosotros, venezolanos expatriados!
A todos aquellos que por diversas razones de trabajo,
familiares, económicas han visto la necesidad de salir de su ciudad, su pueblo,
su país, Dios nos invita a despojarnos
de nuestras seguridades para llevarnos a un camino por el cual nos guía. Es
cuestión de Fe dejarse llevar, discernir los caminos de Dios de los que no lo
son y seguir adelante.
He pensado por momentos ¿será que nos perdimos del camino y
nos equivocamos de destino? Pues todo es tan difícil y complicado, pensamientos
que nos van agobiando y poniéndonos a dudar sobre nuestras decisiones.
Ser extranjero en un país no es nada agradable, pero cuando
los pensamientos pesimistas comienzan a llegar, recuerdo que Dios eligió a un
extranjero para constituir a su pueblo Israel.
Con confianza podemos continuar, ¿a dónde llegaremos? espero
que como el salmo nos dice nos conduzca a fuentes tranquilas.
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"Aunque camine por lúgubres cañadas, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu bastón me defienden."Sal 23,4
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