sábado, 2 de octubre de 2010

El Cristo de plastilina

Nunca imaginé lo que podría significar una actividad realizada con los niños de preescolar durante la última semana de Cuaresma. La actividad consistía en pegar sobre una cruz de paletas de madera la figura de Jesús crucificado con la idea de que lo llevaran  a sus casas y lo colocaran en un lugar visible de tal manera que recordaran durante la Semana Santa, que era una semana muy especial donde había que acompañar a Jesús.
Tiempo después una niña acompañaba a su madre a visitar un familiar enfermo y pensó que llevarle el crucifijo de plastilina que había realizado en clases sería una manera de  llevarle consuelo. Esta persona fallece y cuando la madre de la niña fue a la funeraria observó que el difunto llevaba en sus manos el crucifijo que le había regalado la niña. Nunca pensó que ese pequeño detalle tal vez era el consuelo que necesitaba esa alma para partir en paz.
Todo lo que les hablo o les enseño a estas pequeñas almitas lo internalizan de una manera que he quedado muy sorprendida, observo sus caritas y a veces pareciera que no me entendieran pero absorben y si es amor lo que les llevo eso es lo que deben ver y absorber. Le pido a Dios Padre Todopoderoso que  este año escolar sea dócil al Espíritu, cariñosa con los niños, tolerante con las maestras y que si mejora mi voz al cantar, los niños se lo agradecerían mucho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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