domingo, 20 de septiembre de 2015

Un Voluntariado en Panamá

©mariauxivi.blogspot.com

Hoy quiero presentarles lo que en las últimas semanas me ha llenado de mucho gozo el realizar. Sin duda voy viendo la mano de Dios que me va guiando y sabiendo que es lo mejor para mí, va presentándome el camino que debo tomar.

Cuando estás en un país donde las oportunidades de trabajo son escasas, el tiempo libre y ocioso se multiplica, así que armándome de valor decidí presentarme en un lugar que resultó estar ubicado a solo 5 minutos de caminata del apartamento donde vivo. El año pasado buscando en qué ocupar mi tiempo, me resultó más accesible llegar al Hospital del Niño y realizar un Voluntariado, pero al cambiar de domicilio, el llegar al hospital resultaba ser un poco complicado por el transporte. Como se que Dios Padre tiene todo preparado, me armé de valor y me presenté en este lugar que me llamaba la atención por lo que hacían, procurando el bienestar y la superación de las personas con discapacidad visual.

Luego de varias entrevistas y un tiempo de espera, me aceptaron y me dieron la bienvenida. Al parecer no es muy común que aparezcan voluntarios de la noche a la mañana. Dude un poco el que me aceptaran pues como extranjera y recién llegada tal vez querían comprobar que eran buenas mis intenciones.

Como primer servicio me solicitaron que ayudara a un joven universitario invidente con un proyecto de investigación a desarrollar. Yo quería trabajar con las personas de la tercera edad quería tener contacto con el sufrimiento y ofrecer allí mi humilde consuelo, pero así lo había dispuesto Dios. Ese fue mi primer contacto con estos jóvenes valientes y decididos que quieren valerse por sí mismos y para ello estudian una carrera universitaria. Fue mi primer contacto con el sintetizador de voz, ¡que increíble! pensé yo. Luego de una pequeña explicación y ver como funcionaba, comenzamos a trabajar

Sin  duda un gran esfuerzo y tenacidad caracteriza a estos jóvenes que viviendo en la oscuridad, tienen más luz que muchos de los que podemos ver sin dificultad. El proyecto de investigación me hizo volver a mi época de estudiante universitario, por dos semanas acompañé a este joven en el sintetizador a desarrollar su proyecto. Una noche pensaba por qué Dios me había solicitado prestar un servicio a través de  un don intelectual en esta oportunidad. Así también se sirve al Señor, recibía una respuesta en mi corazón. Espero que el joven haya logrado aprobar su módulo de estudio, aún no tenemos la calificación.


Luego de concluido ese acompañamiento pude asistir a la sala de los adultos mayores. Estos asisten dos veces a la semana al Patronato, me han robado el corazón, señoras con una fe inquebrantable, que les encanta rezar y cantar, los caballeros joviales y bonachones que sacan un chiste en medio de una conversación, ellos también rezan.

Cada vez que voy a compartir con ellos salgo eufórica de todo lo vivido y admirada de su valentía y su capacidad de superación y aceptación. La mayoría ha adquirido la falta de visión por una enfermedad en la adultez, otros por accidentes.

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“Perdóname Señor” me decía la primera vez que los visité. Me has dado tantas cosas que no he sabido apreciar. He contenido las lágrimas por momentos los primeros días que asistía. Pues es algo difícil para mí ver como aceptan su condición adquirida luego de haber tenido una vida normal.

Esta semana mientras esperábamos el inicio de una actividad, me pidieron que les leyera el Evangelio, ya aprendieron mi nombre y me he acostumbrado a anunciarme cuando entro a algún salón, pues ellos solo escuchan que la puerta se abre o cierra y preguntan¿ quién es? para saludar. En ocasiones tengo que hacer malabarismos para que no tropiecen conmigo.

Estuvimos de paseo los adultos mayores y unos voluntarios que servimos como guías. Allí pude conocer donde viven algunas de estas personas y conocer la casa hogar donde residen otros. Este ancianato está  ubicado en una de las  zonas populares de Panamá, un barrio muy peligroso llamado El Chorrillo.  Pero allí se encuentra esta casa hogar de la congregación Mercedaria. Bravo por ellos.


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En nuestro paseo a la Cinta Costera 3, caminamos y cantamos,  estas señoras cantan unas canciones hermosas de autores latinoamericanos. Almorzamos allí en el lugar conocido como Los Sabores del Chorrillo. Una hermosa experiencia para fortalecer lazos de amistad y compañerismo, llevarlos a otro ambiente donde pudieran disfrutar de lo que nos rodeaba, bromeamos mucho.  Fue un momento muy especial.
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Indudablemente que el Señor nos conoce y sabe cómo irnos amoldando y cómo enseñarnos a conocernos a nosotros mismos más y más.

Escribía las líneas anteriores sin saber que el Evangelio dominical del día siguiente  Jesús nos hablaba  del servicio a los demás. Mc 9,33-37. Y luego la hermosa Homilía del Papa Francisco en su viaje a Cuba nos desglosaba este evangelio señalándonos varios puntos en los cuales teníamos que reflexionar.

Nuestro servicio en ocasiones puede ser realizado para nuestra vanagloria y también para servirnos de los demás, o para servir a ideas y no a personas. Cuidémonos de esto.
Dios Padre me ha mostrado que mis dones, todos ellos pueden  estar a su servicio, el cómo lo ofrezca y los entregue permitirá mi conversión y que esta nunca tiene un final.
Así que entregada con amor a este Voluntariado hasta que lo permita.

©es.aleteia.org

Quien quiera ser el primero, que se haga sirviente de los demás.” Lc 20,27

No hagan nada por ambición o vanagloria, antes con humildad estimen a los otros como superiores a ustedes mismos.” Flp 2, 3.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena reflexión. Dios tiene sus caminos. Queda de nosotros escucharlo dejarnos llevar por su camino y dejar ir

PEPE LASALA dijo...

Al estar al servicio de los demás, se está al servicio de Dios. Me ha encantado lo que has expuesto Auxiliadora. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala

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