Como parte de uno de los apostolados en los cuales participo junto con mi esposo y un grupo de Cursillo, comenzamos a llevar entre todos un poco de proteína animal (carne de res, pollo) a una Casa Hogar de niñas de 3 a 18 años, bajo la custodia de monjas pertenecientes a la Congregación Marta y María.
Nos comentaban que recibían donaciones pero nunca la proteína animal . Así fue como nació este apostolado de llevarles quincenalmente lo que podíamos aportar entre el grupo. Nos turnamos para llevar la carne y como centro de acopio utilizamos la casa de un miembro del grupo.
Las Niñas de la Casa Hogar Febres Cordero |
No es tarea muy fácil lograr a tiempo la participación de todos, pues la vida bastante congestionada y con el tiempo justo para atender a nuestras familias, hace algo complicada la labor. Sumando a esto que el lugar donde las monjas tienen la Casa Hogar a sido invadido por personas que han construído en sus terrenos sus viviendas hace que para mi sea una odisea llegar a la Casa Hogar y entregar con manos amorosas nuestra pequeña ayuda.
En una oportunidad cuando llevé nuestro aporte, note que las niñas se alegraban con mi llegada y comenzaban a clamar con palmadas y brincos: ¡Fiesta, Fiesta!. Se referían a una fiesta que les habíamos hecho en la propia casa donde se divirtieron, jugaron y comieron dulces y golosinas.
Equipo San Pablo Apóstol |
Cuando iba de regreso a casa reflexionaba sobre la respuesta de las niñas al verme. Me sentía como un padre proveedor que llevaba el sustento y eso era todo, faltaba algo más...¡ un mensaje evangelizador.!
¿ Que les estaba enseñando a las niñas? acaso que eramos familias que generosamente compartíamos lo que teníamos con ellas y eso era todo.
Pensé en mis primeros años cuando se iniciaba mi conversión, comenzábamos mi esposo y yo a servir al prójimo pero de una manera filantrópica, ¿regresaba a mis inicios? No podía ser. Donde estaba el mensaje evangelizador que debía llevar; lo dejaba en casa.
Así transcurrió un tiempo sintiéndome como el Padre Proveedor que no daba mas que el sustento económico, hasta que lo comenté con alguien del grupo y se abrió una discusión. Debíamos llevarle un mensaje, la Palabra de Dios a estas niñas, como familias cristianas que eramos.
Decidimos pasarles una película y hacerles un compartir un fin de semana, donde todos pudiéramos ir. Así fue como para Diciembre al llevarles regalos y entregárselos pasamos luego a ver la película con un mensaje cristiano.
Las niñas atendiendo la introducción a la película |
Esperando los regalos |
Compartiendo una merienda |
Muchas veces creemos que con cumplir el diezmo y realizar una que otra limosna, hemos cumplido con Dios. Cuan alejado de la verdad. En ocasiones no será el diezmo o la limosna lo que se nos pida sino el testimonio que como personas cristianas debe salir de nuestro corazón lleno del amor de Cristo para llevarlo al mundo.
Somos discipúlos y misioneros pongámonos en esta cuaresma ha revisar nuestras obras de Misericordia y allí estaremos examinando nuestra vida como seguidores de Jesucristo.
Reconoce que si la fe que uno tiene no va acompañada de hechos, es una fe inútil. Stg.2,20
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Nota: Sin darme cuenta publico esta entrada en la vísperas del Aniversario 19 del Equipo San Pablo Apóstol del Movimiento Cursillos de Cristiandad, y en el cual mi esposo y yo tenemos 10 años de estar participando, dedico esta entrada a todos aquellos que han pasado por él y los que actualmente lo forman.
Equipo San Pablo Apóstol. Dic. 2011 |
2 comentarios:
Que preciosa labor, pero sobre todo la bendición recibida del Señor de haberlos iluminado para que estas visitas no solo fueran de provisiones materiales, sino de las más nutritivas: las espirituales!!!
Abrazos,
Piedad
Qué fácil es entender el amor de Dios, cuando vivimos experiencias como las que nos compartes.
Un abrazo y mi admiración
Publicar un comentario