lunes, 16 de mayo de 2016

En casa... unos pensamientos.

○mariauxivi.blogspot.com
Estoy de nuevo en Venezuela, iniciando paso a paso las nuevas realidades que me toca palpar. Organizando nuevamente una rutina, continuando proyectos que quedaron sin concluir, repasando lecturas olvidadas, reencontrándome con las cosas que me rodean en casa y que me hacen sentir que estoy en mi hogar.

Los hijos no están, han iniciado el vuelo y desde mi Centro les envío todo mi amor para que ese vuelo sea pleno. Los lleve hasta donde ellos quieran y amen y sean amados.

Un abanico se abre a mis ojos, puedo abrirlo y cerrarlo hasta donde yo quiera, seguir creciendo, seguir amando desde la serenidad, desde la seguridad, desde el Amor que Dios a depositado en cada una de sus creaturas….

Poco a poco recorro los caminos, calles lugares en los cuales antes había estado, continúan allí solo que son otras personas los que los recorren. La mayoría adultos, los jóvenes no los encuentro como antes, ya no consigo a los jóvenes con sus uniformes universitarios en los caminos, en las aceras.

El oratorio continúa allí, esperando que las madres se acerquen, para eso fue construído. Un refugio de oración para las madres que oran, las esposas que oran, las hijas que oran, las hermanas que oran.

Visito esos lugares y… son los mismos… yo soy otra… con heridas profundas, cicatrices que sangran nuevamente, con deseos de amar al prójimo y todavía sin poder brindarlo. En la quietud del silencio comienzo mi oración profundizando mi relación  y dejo que sea Él el que como bálsamo acaricie mis heridas, los pensamientos pasan y pasan, alguno se queda un tiempo más hasta que… suavemente mi Palabra Sagrada lo despide.

Ha sido un día duro. Hasta aquí por hoy. El Señor cuida de mí, soy hija de Dios amada y bendecida.

Nada te turbe,

Nada te espante;
todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene nada le falta.
Solo Dios basta.

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