Tercer Día: han sido unos días
y unos momentos de intensa oración. Como saben me encanta la lluvia y así han
pasado estos días en la Abadía.
Justo en el momento de iniciar varios de nuestros períodos de
oración, una fuerte brisa soplaba y se sucedía luego un fuerte chaparrón, tan
fuerte que casi no podíamos escuchar el sonido que nos indicaba el inicio y
finalización del período.
Ha habido un momento especial, me he sentido conmovida, espero
continuar en el clima de recogimiento y silencio, donde Dios se ha hecho
presente.
Olvidaba comentarles, desde el ventanal de mi
habitación, en las aéreas verdes que rodean a la Abadía podía ver una yegua y
su potro, me han acompañado durante estos días; y su relinchar y el escuchar
como cortaba la hierba con su hocico me ha hecho pensar en la gran maravilla de
la creación.
No he preguntado que hace allí la yegua, por no romper mi
silencio. Ya preguntaré.
Tercer Día al Anochecer: ya solo queda medio día
de retiro, otros vendrán y algunos continuaran.
Durante la oración ha salido algo pendiente, habrá que resolverlo,
así es la oración Centrante va sacando y limpiando, es la Terapia Divina.
Ha continuado la lluvia, para mí, agua de gracia, su sonido sobre
las hojas de los árboles me encanta. Regresaré a casa feliz de haber comenzado
mis vacaciones con un tiempo especial dedicado a profundizar ni relación con
Dios.
Lunes Solemnidad de la Transfiguración del Señor.
“Tu luz, Señor, nos haga ver la luz”
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