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En familia hemos sufrido la tragedia de la pérdida del lugar de trabajo de un miembro de la familia y de un centenar de personas. He sentido por primera vez el dolor de la pérdida de algo ajeno a mí. Pero el sentimiento de solidaridad que me llenó me ha mantenido atenta y asombrada de lo que cómo seres humanos podemos llegar a compartir.
Todavía me cuesta creer lo sucedido, pues habían sido muchos meses de sacrificio acostumbrarse a una rutina y estilo de vida muy diferente al que estaba acostumbrada. Pero como estoy entregada a la voluntad de Dios Él sabe llevarme por sus caminos. No voy a dar muchos detalles de lo ocurrido.
No quise ver imágenes de la destrucción del sitio, pero luego de escuchar tantos comentarios entre amigos, compañeros de trabajo decidí tres días después de la tragedia pasar por el lugar del siniestro.
Cuando me fui acercando el asombro de lo que veía, hizo que mi corazón se acelerara !!! Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero en ese mismo instante una fuerza me invadió y en mi mente se pronunciaron estas palabras: "Bienvenido, Dios, bienvenido a mi vida, gracias por estar presente"
Por primera vez brotaba la oración de bienvenida que me habían enseñado en Extensión Contemplativa y repetía: "Bienvenido Padre Santo, por no permitir pérdidas humanas" y así continué alabando y dando gracias a Dios por como habían sucedido las cosas.
Otra lección me está dejando este acontecimiento, la tolerancia, el respeto por otras creencias, que muchas de ellas desconocemos. Me ha tocado enfrentar cristianamente las murmuraciones e ironías que muchos te hacen llegar y que el solo hecho de ver la actitud de dolor en mi corazón los hace agachar la cabeza
He pensado mucho en el ecumenismo y creo que ahora comienzo a aceptarlo desde el corazón y no desde la razón. Esto y otras realidades que he podido comprender han hecho que me conozca algo mejor, y que conozca la bondad básica de la cual habla el Padre Thomas Keating, la he visto y he podido palparla.
De todo este acontecimiento trágico que todavía sigue presente en mi mente y en mi corazón espero un crecimiento de fortaleza en la fe y en la esperanza de que todo es para bien y para la santificación de muchos.
Gracias Padre Santo por estar presente en cada instante de mi vida.
Me uno a ese momento de dolor, de incomprensión, de duda, y de crecimiento. Como dice el Salmo : "Espera en el Señor! juntos podemos apoyarnos y alentarnos. La oración tiene esa fuerza que necesitamos.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuenta con mi poblre oración Mariauxi. Como humanos que somos, somos frágiles y Dios sabe lo que es el dolor, pues Él mismo pasó por ahí. Le doy gracias a Dios de que eres una mujer que busca su voluntad y que se abandona a Él, sigue así para que puedas ser apoyo para los que más lo necesitan en estos momentos. ¡Mucho ánimo!
ResponderEliminarUnidos en oración
ResponderEliminarPaz y Bien
Cristina
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