Nos
quejamos por todo, pensaba yo. A muchos no nos gusta estar escuchando quejas de
cualquier tipo a todo momento. Un día leyendo un libro pude conseguir una
revelación ¡no todas las quejas eran quejas!
Hay quejas
y lamentaciones, he aquí la gran diferencia que puede hacerte Tolerante en un país como el mío.
“Se queja
el hombre que cree que no hay nada que hacer ante una situación y expresa su
frustración de esta manera. La queja es rebeldía, es pelea, es inconformidad es
un grito sin sentido”(1).
No hay solución a la situación o problema, no hay respuestas y la queja mantiene viva una herida; que peligroso esto, cuando la queja te envuelve en un círculo vicioso que no te deja avanzar, te va hundiendo cada vez más y más, no te deja ver la realidad y te confunde.
No hay solución a la situación o problema, no hay respuestas y la queja mantiene viva una herida; que peligroso esto, cuando la queja te envuelve en un círculo vicioso que no te deja avanzar, te va hundiendo cada vez más y más, no te deja ver la realidad y te confunde.
A diferencia el lamentarse es llorar ante Dios. Es expresarle a Él lo que se siente con la
confianza de su poder. La lamentación es oración. El que tiene una relación con
Dios se lamenta, sabiendo que está en manos de su Padre y que este actúa
invariablemente en su favor.
La
lamentación nos purifica y libera, nos mantiene en la presencia de Dios pues a
cada lamento hay una respuesta con la Palabra que libera.
De esta
manera comencé a lamentarme ante la situación que se me presentase, sabiendo
que tengo un Padre que vela, me acompaña y me enseña, y que por las
circunstancias que pase, el lamentarme puede ser válido pues supone una
confianza en Dios y una aceptación de su Voluntad. Pero no puedo quedarme en el
lamento, atravieso la circunstancia con Dios y continúo.
Cuando algo
se me presenta y me hace lamentar, enseguida le agrego al lamento alguna
palabra de consuelo que llegue a mi mente, pues es la esperanza y la entrega en
Dios lo que hará la diferencia.
" No se aflijan por nada, mas bien presénteselo todo a Dios en oración, pídanle y también denle gracias." Flp 4,6
" No se aflijan por nada, mas bien presénteselo todo a Dios en oración, pídanle y también denle gracias." Flp 4,6
(1)La luz
al final del túnel puedes ser tú. Padre Alberto Linero
Me ha gusta mucho el post. Sin duda, todos somos propensos a las quejas. La queja es un recurso para disminuir durante un momento, el malestar emotivo, espiritual o físico. Pero el lamento que elevamos a Dios es otra cosa. Es como la súplica de Cristo en el Monte de los Olivos. Expresa dolor que traspasa el alma. Pero al mismo tiempo, lo hace con total docilidad a la Voluntad de Dios. Saludos Auxiliadora!!! :) Néstor Mora
ResponderEliminarQue alegria me ha dado el recibir su comentario. Por aquí continúo está gerherm travesía. Gracias por la visita y los saludos.
EliminarSiempre es una alegría reencontrarse y darnos ánimos mutuamente. Estaba mirando los pocos blogs que van quedando y la necesidad de plantearnos alguna forma de colaborar mutuamente. Escribí este post sobre el tema: http://misteriocristiano.blogspot.com.es/2018/03/el-valentia-de-preguntar.html ... espero que te guste. Ánimos, que a veces la aparente soledad nos hace sentirnos cansados!!!Néstor
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