Abadía Benedictina San José |
Durante el mes de
Agosto se me ha hecho costumbre dedicar algo de mis vacaciones a estar a solas
con Dios. Así ha sido este año donde he asistido a un Retiro Intensivo de
Silencio con Extensión Contemplativa Venezuela, donde 14 personas viviendo en
comunidad y compartiendo con los monjes de la Abadía Benedictina en Güigüe
hemos estado 4 días en silencio.
A continuación
presento unas cortas líneas que logré escribir esos días y que plasman el ánimo
vivido.
Luego de muchos contratiempos y contrariedades he
llegado a la Abadía Benedictina.
Ni se imaginan todo lo que se puede presentar para evitar que realices un servicio a Cristo, o dedicar un tiempo al recogimiento. Pero logré saltar todos los obstáculos y tome el camino.
Tratar de dedicarle o tal vez sería mejor decir,
buscar a Dios y buscar su amor, se hace un poco cuesta arriba, cuando tratas de dejar todo lo que se lleva encima, que te estorba, te adormece y no
te permite ver las cosas con los ojos del amor.
Intervine un poco con la organización y luego a
nadar en las profundidades de la oración. Han sido varias horas, agotadoras al
final del día, pero me siento feliz de que he salido en su búsqueda y eso
siempre produce una alegría en el alma.
Unos días antes de entrar al retiro, me ha ocurrido algo inesperado con la Santísima
Virgen María, quiere algo de mí pero todavía no logro descubirlo. No lo
comentaré mas, pues la cara que muestra la gente es la misma que yo ponía ante
mi escepticismo a estas particularidades.
Leeré un poco antes de acostarme, pues no tengo más
palabras.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.Amén
Los retiros de silencio son una bendición, aunque no han sido fáciles para mi. Al primero al que fui, me di cuenta lo mucho que me gusta platicar con las personas y lo poco que platico con Dios. Gracias por compartir tus experiencias con nosotros! Todo se nos es revelado a su tiempo. Un abrazo
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