En el silencio, en la duda, en la aceptación, en lo poco que pude ayudar, en lo poco que pude acompañar, en lo poco que pude enseñar, en lo que escribí, en lo que te pude decir...
En todo quise mostrarte que Dios Padre Misericordioso estaba presente, Él te recibe como su hija amada.
Descansa en paz, Nena.
La partida de un ser querido siempre es dolorosa. Confiada en la infinita bondad de mi Padre Celestial, me entrego a sus designios esperando llenar de esperanza el corazón.
Paz y descanso para ella. Consuelo para su familia, amigos y cercanos.
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